Bueno, empecemos con esta
tortura.
Mi
nombre es Dk, en realidad a si es como me llaman, mi nombre real, el que me
pusieron mis padres fue Devian. Mi madre tiene raíces rusas por eso me puso ese
nombre, y sobre la K es mi apellido. Devian Kraig. Soy estudiante de penúltimo
curso. La Sra. Smeet también dijo que nos describiésemos mental y físicamente,
y acabado eso empezásemos a escribir lo que ha pasado en el día.
Bueno
ya hasta el momento lo único que sabéis de mi es que me llamo Dk. Tengo el pelo
rubio oscuro y los ojos azules, estoy en el equipo de judo aunque la verdad es
que hace mucho tiempo que me dejó de gustar. Soy alto y no muy delgaducho ni
tampoco un armario de dos puertas, se puede decir que estoy bien, muy bien. Ego
no me falta, soy una mala persona, soy egoísta, envidioso, arrogante, falso y
rastrero, pero… ¿sabéis qué? Gracias a eso soy popular. Si os digo la verdad no
me avergüenzo de ser como soy, porque si hubiera sido distinto, buena persona,
sin nada de malicia y con la verdad por delante, si hubiera sido de esas
personas que viven en su propio mundo hace tiempo que me hubieran pisoteado y
olvidado en algún cubo de basura. En la actualidad, lo que se necesita para triunfar
no es el talento si no los ases que te mangues bajo la manga, los secretos más
vergonzosos de tus enemigos y las pequeñas mentiras que pueden acabar con la
reputación de un plumazo.
Después
de que un par de años en el anonimato, mi salida forzosa del armario me creó una reputación la mar de desaconsejable para alguien con poca fuerza mental y física.
Estuve un par de años aguantando el acoso, las burlas y las miradas de
desprecio, pero un buen día me cansé de todo, me cansé de los cuchicheos, me
cansé de los granizados en la cara y de los empujones en medio del pasillo, me
cansé de todos ellos y comencé a contraatacar. Gracias a mis genes rudos de
ruso me costó relativamente poco aumentar mi masa muscular, y pasé de ser el
típico escuchimizado a uno de los mejores componentes del equipo de judo de la
escuela. Y así es mi físico actualmente, espaldas anchas y brazos fuertes, pero
sin exagerar, que lo poco no gusta y lo mucho cansa (adaptación del dicho popular).
No sé quien fue el o la desgraciada que me obligó a salir del armario pero lo
cierto es que no lo tenía muy claro, me habían atraído los chicos, pero ahora
que mi estatus está en lo más alto y que mi secreto se ha olvidado he tenido
muchas oportunidades de liarme con más de una animadora, y no las he
desaprovechado, lo más desconcertante para mi, es que me gustó. Todo esto me
lleva a un par de conclusiones:
1-
El ser mala persona me salvó del suicidio social
y personal.
2-
Nunca afirmes que eres de una orientación sexual
o de otra, porque algún día puede llegar una animadora cañón y romperte todos
los esquemas.
Y por último y para mí lo más relevante:
3-
La gente es cruel, pero yo lo soy mucho más.
Puedo
parecer alguien complicado, y lo soy. Pero se me logra querer, a pesar de todos
mis defectos, a pesar de todos mis desvaríos mentales y mis cambios de parecer.
La cumbre de la popularidad está regida por mí, Marcus, Wendy y su sombra
borderline, o sea retra. Marcus es un tío grandote, sin mucho cerebro pero con
buen fondo, aunque se deje influenciar por su propia corte de cromañones homófonos
y sin preocupación alguna por su apariencia. Wendy es la abeja reina, una
especie de niña repelente y zorra sin escrúpulos, que maneja a todos sin
preocuparse de a quien pueden herir sus sucias artimañas, es de esas personas
que es peligroso tener como amigos pero más aún tenerlas por enemigos, en
ciertos aspectos me parezco a ella, pero yo sé cuando mis mentiras van más allá
de un simple juego de manipulaciones y hacen daño de verdad, ahí es cuando yo
paro y ella, sin embargo, prepara su golpe maestro. Por detrás de Wendy, está
Rosse, una mini animadora rechoncha y con unos cuantas caídas de la cuna de
más, sigue a Wendy a todas partes es como su fiel perrito salchicha de patas
cortas y cuerpo redondo. Nunca podré entender cómo llegó al puesto de segunda
capitana de las animadoras. Marcus, Wendy, Rosse y Dk. Yo soy el peor de todos,
y no es que lo diga a la ligera, hicieron una encuesta de a quien temían más y
porque y en el primer puesto sorprendentemente estaba yo, la noticia me pilló de sopetón, ya que jamás he pegado a
nadie (que no se lo mereciera) ni había insultado a ningún don nadie. La razón
de mi primer puesto al parecer fue mi frialdad y mi crueldad, pero digo yo, ¿la
gente es tonta? No he sido cruel ni con la mitad de los alumnos solo con los
que me tocaban las narices, entonces… ¿Tan cotillas somos los adolescentes de
ahora? ¿Tanto nos creemos lo que nos dicen los demás? ¿Tan poco ojo crítico
tenemos como para basarnos en primeras impresiones de otra gente? La respuesta
es decepcionantemente SI.
Ups, ya es tarde para borrar lo que he escrito,
pero ale, ya está hecho, no creo que a la Sra. Smeet la agrade leer todo esto,
pero… es mi propio diario, y hago con él lo que quiera, escribo lo que me salga
en cada momento y a quien le guste bien y a quien no pues ajo y agua, no
haberme obligado a hacer este proyecto del diario, que por cierto sigo sin
entender su finalidad.