Día 2



                 Otro día la misma mierda. Eso es lo que más odio, la rutina, el saber qué es lo que va a pasar en todo momento, el ver de antemano lo que hay detrás de cada esquina. Me gusta romper los moldes, saltarme las reglas, crear mi propio camino, pero si os digo la verdad hay veces que tengo miedo del porvenir, tengo miedo de los cambios y es entonces cuando me tengo que callar la boca y asumir que la rutina tampoco está tan mal. Los días de clase son como una lenta e imparable muerte anunciada desde hace tiempo. El instituto te consume, y te mina la moral, la personalidad y el ojo crítico. Más que enseñarte lengua, mates o historia, te enseñan a como ser uno más, uno de tantos, alguien que no sobresale. Y así es como se pasan los años de instituto, encerrados como ganado, marcados a fuego por un expediente, para ellos (los profesores) no somos personas, solo productos que pulir. No sé qué pensará la Sra. Smeet de todo esto, pero a mí me está sirviendo para desahogarme y poder decir una vez por todas lo que realmente pienso, sin tapujos, sin mentiras ni trapos sucios de por medio. Simple y llanamente mis pensamientos. 

                 Las clases han sido un aburrimiento, la semana antes de las vacaciones de verano es una pérdida de tiempo. Los profesores están estresados y los alumnos completamente despreocupados de las clases. Hay algunos que siguen mandando deberes para con la falsa ilusión de que los haremos. Eso de la tarea para casa está un poco pasada de moda, ¿Quién sigue haciendo los deberes hoy en día? Yo desde luego no muy a menudo, de vez en cuando hago algún ejercicio suelto, por eso del día del examen, pero tampoco es que me deslome a hacer ejercicios.

                Entre toda esta ida y venida de ideas, el día fue pasando y ya solo faltaban 4 días para terminar. Como casi siempre he quedado con Cherry, creo que la quiero de verdad y sé que eso, a la larga, me hará mucho daño. Las historias de amor nunca terminan bien, porque los finales felices son historias sin acabar. Yo sé que algún día lo nuestro llegaría a su fin y que Cherry iría por su lado y yo por el mío, pero hasta entonces intentaría disfrutar del tiempo a su lado.  El viernes vamos a quedar todos los Gabyrs, me da miedo llevar a Cherry a la reunión. Ella no es aceptada en ese círculo porque no es animadora y piensa por ella misma. Siempre  ha intentado que me alejase de esa gente, me decía que yo no era igual que ellos. Se confundía, si que era igual que ellos, por eso tenían y quería estar allí, para controlarles y saber todo lo que decían de mí.  El miércoles, mi casa estaría libre y Cherry y yo podremos pasar un rato a solas. La echo de menos, echo de menos sus manos, su cuerpo y sus labios. La quiero muchísimo, no sé qué haría sin ella.Sus preciosos ojos verdes y su pelo rojizo la hacen especial, es tan guapa que hasta Wendy la tiene envidia. La verdad es que estoy muy agradecido de poder pasar mi tiempo con alguien tan perfecto como Cherry.