Día 4


                    Hoy ha sido un jueves muy ajetreado y sin sentido.

                El despertador sonó a las 7y30, pero hicimos caso omiso al desagradable pitidito que te obliga a despejarte y levantarte si o si. Cherry se revolvió en la cama pero siguió durmiendo con la cabeza apoyada en mi hombro desnudo. El despertador no paraba de sonar así que lo cogí y lo lance contra la pared, milagrosamente la habitación volvió a sumirse en el silenció de la mañana. Bajé la mirada y allí estaba, como cada mañana, recto y duro como un mástil. Cherry pasó su pierna por encima de mi cuerpo. Dio un salto asustada, abrió los ojos y vio el panorama. Después alzó la cabeza, me miró a los ojos con aire juguetón y sonrió. Yo seguía con los brazos cruzados detrás de la cabeza, ella se subió encima mía y empezó a darme besos en el cuello, lentamente fue bajando hasta desaparecer bajo las sábanas. Notaba su boca caliente y reconfortante, mientras que con la lengua jugaba, con la mano hacia el resto del trabajo. La verdad es que lo hacía realmente bien. Me sentía tan bien en aquellos momentos que todo lo demás desaparecía y solo existíamos su boca y yo, quiero decir ella y yo. Aparté las sábanas marrones claro a un lado, puse mi mano en su cabeza y comencé a hacer fuerza hacia abajo. Sentía como su garganta cedía ante mí. Comencé a marcar el ritmo. Cada vez más rápido y más profundo. De vez en cuando se escuchaban varias arcadas, pero eso no la hacía parar. Cherry podía parecer una niña bueno, pero a la hora de la verdad era tan pasional y salvaje como cualquiera. Comencé a notar como llegaba el final, mi respiración comenzó a ser más fuerte, alcé la cabeza y miré al techo. Siempre hacía que me retorciera de placer, pero por desgracia también sabía cuando parar. Sin previo aviso paró de golpe, deteniendo la inminente eyaculación. Recupero la compostura y sonrió.
                - ¿No crees que es demasiado tarde? - dijo mirando al reloj que marcaban las 8 y 15. La miré con cara de pocos amigos y me dirigí al baño a terminar lo que ella había empezado.

                Como no, llegamos tarde a primera hora, ya que después de que yo me hubiera tenido que satisfacer solo, la amiga vino y seguía teniendo ganas de juerga. Así que entramos en la ducha y lo hicimos hasta que nos quedamos sin fuerzas y terminamos tirados en el suelo, con la respiración acelerada y con una sonrisa boba en nuestras caras. 
Ya en el instituto, Wendy nos paró y me obligó a hacer una fiesta de fin de curso en mi casa. A si era ella, como yo si quería algo lo conseguía costase lo que costase, por lo que no puse nada de resistencia y la dije que sí. La idea de hacer una fiesta en mi casa no me disgustaba, lo que me disgustaba era que fuera una fiesta de disfraces y además en tan poco tiempo. 
Esa misma tarde Cherry y yo fuimos a la tienda de disfraces y nos compramos los disfraces de Faraón y Cleopatra. En la tienda nos encontramos con Ryan, que nos saludo amablemente, yo solté un bufido y Cherry un cordial: Hola. Después me preguntó que por que tenía que ser tan borde con todo el mundo, a lo que yo la conteste que no era ni la mitad de borde de lo que podía llegar a ser. Cherry se disgustó y yo salí corriendo detrás de ella para pedirla disculpas. Me echó en cara que no le gustaba que fuese malo con los demás, que porque no podía ser siempre igual de majo y de cariñoso con los demás como lo era con ella. 
                - Cariño- Le dije cogiéndole la cara- los demás no me van comiendo el asunto cada mañana.
                - ¿¡Qué?! ¿De qué cojones vas, Dk? Eres un puto gilipollas. Enserio acabas de decir que solo me tratas bien porque te la chupo y follamos?
                - ¡No! Claro que no he querido decir eso, Cherry. Solo era una broma.
                - Ya, pues guárdate esas bromas para tu fiesta, a lo mejor hay gente a la que sí les hace gracia- Cherry cogió el disfraz de mis manos y se largo andando.
                - a las 7 en mi casa, no te olvides- grite de acera a acera, dudo mucho que me escuchara, pero me mando a la mierda con un corte de mangas