Día 7


No, jamás en la vida podía haber adivinado, ni de lejos lo que sucedió esa noche de viernes por la noche. Los hechos se sucedieron de la siguiente forma: 

(Volvamos a la madrugada del día 6, mi habitación, con 6 personas allí metidas)

                - Tú qué haces aquí, Ryan?-le dije entre confuso y cabreado. Creí saber lo que iba a suceder a continuación y en cierta parte así fue, pero ya digo, solo en cierta parte. 
                - Uh, el que faltaba en la gran noche de Dk, por fin todos sabremos la verdad, ?a que si, Dk?- Wendy abrió su enorme bocaza para estropearlo todo, como siempre, asquerosa zorra manipuladora.
                -De que está hablando, ¿Dev? ¿Qué verdad?- Cherry me miró a los ojos esperando una respuesta sincera, pero en vez de eso obtuvo más mentiras. Aparté los ojos de su mirada y miré al frente, hacia Wendy, Rosse y Marcus.
                - No sé de qué habla, Cherry, de verdad'- Cherry miró a Wendy.
                - Cuéntame la verdad, Wendy- Cherry se levanto del suelo y respiró profundamente.
                - Bueno, ya no tiene la misma gracia que si no quisieras escuchar la verdad, pero con tal de joderle la vida a Dk te lo contaré. Bien...- hizo una pequeña pausa dramática, la muy zorra sabía actuar- Sintiéndolo mucho, tu querido novio te está engañando con la princesita de la puerta. Todos miramos hacia la puerta y vimos a Ryan.
                -  ¿¡Qué ¡? Eso es mentira, y lo sabes Wendy- Cherry me miró, como cuando tus padres te miran con desaprobación cuando suspendes un examen o rompes alguna cosa.
- no te creía capaz. De verdad que no lo creía- Cherry salió por la puerta, pero yo corrí y le cogí la mano-¡Que no me toques! Dk olvídame, olvídame PARA SIEMPRE.
                Vi como la persona a la que más quería se iba, y mi mundo se vino abajo durante unos segundos, pero tenía que recomponerme y ser fuerte, escuché el motor del coche de Cherry al arrancar. Esos segundos pasaron a ser minutos, largos minutos allí parado en medio del pasillo mientras la vida continuaba. La voz de Ryan me sacó de golpe del ensoñamiento en el que la ruptura con Cherry me había sumido. 

                -¿Eh? ¿Porqué ha parado la música?- De repente y sin previo aviso los gritos invadieron el piso de abajo, gritos de terror y dolor. ¿¡Qué cojones pasaba?! Era una fiesta, ¿¡Quien grita así en una fiesta?! Desde el piso de abajo se escuchaban , platos que se rompían, cosas cayéndose, gritos de dolor, gritos de gente pidiendo ayuda, también se escuchaba como cosas desgarrándose. Y en medio de aquella locura estábamos nosotros en el piso de arriba, tranquilidad total.... Hasta que un tipo, Isaac subió corriendo, se quedó parado mirándonos, miro hacia abajo de las escaleras y siguió corriendo hacia nosotros.
                - Corred, corred, joder, cooorred!!!!- Isaac grito y parecía que se rompía por dentro del miedo. Pero en ese momento no pensamos en si hacerle caso o no, solo corrimos y nos metimos en la habitación. Dentro se encontraban los demás, Wendy, Marcus y Rosse.
                - Joder macho, ¿¡Qué cojones te ha pasado?!- gritó Marcus retrocediendo un par de pasos. Ryan y yo miramos al chico que nos había dicho que cerrásemos. Estaba lleno de sangre, en la cara tenía solamente unas salpicaduras, pero la ropa estaba bañada en sangre, la camiseta se le pegaba a los michelines y a los pechos flácidos y caídos de gordo que tenía, los vaqueros estaban también manchados de sangre, menos que la camiseta pero aun así era notable la cantidad de sangre. 
                -Ey ey ey, macho, Cuéntanos ahora mismo que ha pasado- lo menos que nos debía era una explicación, a parte de un viaje a la tintorería, la moqueta estaba completamente enrojecida alrededor del chico.
                - Allí abajo es.... es... No, no, no sé qué coño ha pasado, yo estaba en el baño de abajo y de repente, me han atacado y he caído al suelo, que estaba lleno de sangre y...
                - Oh macho, ¿Cómo voy a limpiar todo esto? mis padres me van a matar.
Alguien desde la otra puerta comenzó a dar porrazos, tenía mucha fuerza. 
                - No, ¡¡¡No abráis son ellos!!! Son ellos, son ellos... Son ellos... - Marcus y yo nos pusimos de espaldas contra la puerta para que no pudieran entrar fuera quien fuese, yo solo intentaba entender todo aquello. De repente alguien atravesó la puerta de un puñetazo y he de admitir que todos gritamos. Después otro brazo, y otro, todos ellos ensangrentados y.... ¿Con mordeduras? No, era imposible.
                -¡Por aquí! Vamos, al baño corred vamos- gritó Isaac. Cogí mi cámara de fotos (que siempre que podía la llevaba conmigo) y entramos en el baño y cuando cerramos la puerta del baño y la atrancamos oímos como caía la puerta de mi habitación. ¿¡Qué cojones había ahí fuera?! Se escuchaba como respiraciones forzadas, como cuando un paciente de un hospital va a morir y le cuesta respirar.
                - Vamos por aquí, no podemos quedarnos en la casa.
                - ¿Qué? A no no, no pienso meterme por ahí- Isaac nos dijo que teníamos que salir por una ventana del baño que daba a un tejadillo. 
                -¿¡Quieres morir?!- grito Isaac
                - No, es evidente.
                - pues entonces mueve tu culo, mete tripa y entra por esta maldita ventana- dijo Wendy cuando ya estaba casi fuera del baño.
                - vale, salid, yo seré la ultima- Rosse estaba comenzando a sonrojarse y a agobiarse, la comenzó a sudar el labio de arriba y la papada también.
                -No, yo te ayudaré desde aquí dentro- se ofreció Isaac.
Cuando ya habíamos salido todos sin problemas tocó el turno a Rosse, que evidentemente se quedó atascada y comenzó a gritar porque pensó que se quedaría allí atascada para toda la vida, pero ni Marcus ni yo, ni tampoco Isaac paramos de empujar. Un estruendoso golpe sonó y a continuación un “oh, mierda” de Isaac.
                Gracias a Dios, o Alá, buda, gracias a quien fuese pudimos sacar de allí a Rosse, pero desgraciadamente vimos como esas "cosas" devoraban al chico. Primero fueron mordiendo los brazos, las piernas y el cuello, después vino una chica ensangrentada disfrazada de animadora, y abrió la tripa de Isaac como si fuera mantequilla. Las tripas del chico se esparcían por todo el suelo del baño. El seguía intentando decirnos algo pero lo único que salía de su garganta era sangre y más sangre, borbotones de sangre que le hacían ahogarse. Los cinco nos quedamos mirando aquella horrible escena.

                Hubiera deseado derrumbarme allí mismo, caerme de rodillas, comenzar a llorar y no parar jamás, pero es gracioso lo mucho que nos infravaloramos, pensamos que nuestra vida terminará si nuestra pareja nos deja, que el ver una muerte nos marcará de por vida, y allí estábamos, cinco adolescentes, serios, tristes pero sin una lágrima en los ojos. Y es en esos momentos cuando realmente nos damos cuenta de lo fuerte que es el ser humano, de que el instinto de sobrevivir es más fuerte de lo que todo el mundo se piensa.
El caso es que salimos corriendo sobre el tejadillo de la casa, y después saltamos hacia el jardín. Cuando todos habían entrado en el coche comencé a conducir a todo gas por la carretera de la urbanización. Mientras que íbamos avanzando nos encontrábamos con un panorama más y más desolador. Terribles accidentes de coche, camiones ardiendo, gente corriendo, gente gritando y disparando a otras personas. Parecía que todo el mundo se había vuelto loco.  Sin previo aviso un grupo de personas sangrando corrían tras nuestro coche, y cada vez había más y más no paraban de unirse nuevas personas. Algunas tenían un aspecto horrible y dudé mucho en que siguieran vivos, aunque estuvieran corriendo tras nosotros.
Para cuando entramos en el barrio de los suburbios de Cherry los habíamos dado esquinazo y el sol comenzaba a salir. Allí, en esa parte de la ciudad, parecía como si nadie hubiera vivido jamás en ese lugar. Las calles estaban completamente vacías, no había ningún desperfecto, y fuera del coche no se escuchaba un solo ruido, ni pájaros cantar, ni tampoco perros ladrar.

                Entramos en casa de Cherry y vimos que toda la casa estaba manchada de sangre, en el salón encontramos el cuerpo del hermano de Cherry, Alex. Le faltaba la mitad de la cabeza, ahora solo parecía un ser inerte, todo el brillo de sus ojazos azules había desaparecido y en lugar de la felicidad que antes brotaban de ellos, ahora sólo había vació.  No lloré por él ni por su padre que se encontraba en la cama de la habitación de matrimonio con un balazo entre ceja y ceja, no paré ni un segundo, tenía que encontrar a Cherry. Seguimos un rastro de sangre hasta su habitación, abrí lentamente la puerta y allí no había aparentemente nadie, el disfraz de Cherry se encontraba sobre la cama, pero aun así no había ni rastro de ella. Entre en el baño de la habitación, el susto casi me deja en el sitio. La madre de Cherry estaba arrodillada en el suelo del baño junto a un montón de… ¿Huesos y carne? Parecía que antes esos huesos y esa carne habían sido parte de un todo pero ahora solo parecían piezas sueltas de un puzle inexistente. Su madre se giró, tenía todo manchado de sangre alrededor de la boca, vino corriendo hacia nosotros, todos dimos un grito asustados y cerré la puerta en sus narices, se escuchó el golpe de la colisión contra la puerta.  O Dios mío, era Cherry seguro que era Cherry. Alguien dijo que era hora de irse, pero no lo escuche bien, me había sumido en una pena tan profunda y tan oscura que la realidad estuvo a punto de desaparecer. Caí de rodillas llorando desconsoladamente, lloré por Alex, lloré por su madre y por su padre, y también lloré por Isaac (bueno, por Isaac no) pero por quien más lloré y casi muero de pena fue por Cherry. Todas las promesas de estar siempre juntos, todas las palabras bonitas y los momentos de felicidad quedaron vacios en un par de minutos. Ella ya no estaba, se había ido para siempre. Y de repente, una voz suave y dulce me salvo de aquel pozo, alguien me susurró al odio.
                -Vamos, tenemos que irnos, D- Ryan me agarró por los hombros y me levantó del suelo, y también, sin él saberlo, me sacó del pozo del sufrimiento. Salimos fuera de la habitación, pero antes eché un último vistazo. Bajamos las escaleras y entramos en el coche.
                Lo cierto es que no recuerdo más. Me quede dormido, ellos me han dicho que no pare de decir cosas sobre un abrigo, un abrigo azul. Entonces saltó esa chispa de duda en mí. El abrigo de Cherry no estaba donde siempre lo dejaba colgado.
                Ahora estamos escondido en un almacén entre el barrio de Cherry y el centro de la ciudad, aquí parece que estamos a salvo. Pero seguro que no por mucho tiempo. Aún no sabemos que son esas cosas, los canales de televisión no funcionan y los teléfonos tampoco, por la radio han dicho que nos mantengamos encerrados en nuestras casas o en un lugar seguro y esperemos a que se pase todo esto, lo último que supimos de internet es que el mundo estaba bajó un ataque terrorista. Lo cierto es que no me lo creó mucho, pero bueno, es internet, ¿qué si no es más fiable que internet en estos casos?