No, jamás en la vida podía haber
adivinado, ni de lejos lo que sucedió esa noche de viernes por la noche. Los
hechos se sucedieron de la siguiente forma:
(Volvamos a la madrugada del día 6, mi habitación, con 6 personas allí metidas)
- Tú qué haces aquí,
Ryan?-le dije entre confuso y cabreado. Creí saber lo que iba a suceder a
continuación y en cierta parte así fue, pero ya digo, solo en cierta parte.
-
Uh, el que faltaba en la gran noche de Dk, por fin todos sabremos la verdad, ?a
que si, Dk?- Wendy abrió su enorme bocaza para estropearlo todo, como siempre,
asquerosa zorra manipuladora.
-De
que está hablando, ¿Dev? ¿Qué verdad?- Cherry me miró a los ojos esperando una
respuesta sincera, pero en vez de eso obtuvo más mentiras. Aparté los ojos de
su mirada y miré al frente, hacia Wendy, Rosse y Marcus.
-
No sé de qué habla, Cherry, de verdad'- Cherry miró a Wendy.
-
Cuéntame la verdad, Wendy- Cherry se levanto del suelo y respiró profundamente.
-
Bueno, ya no tiene la misma gracia que si no quisieras escuchar la verdad, pero
con tal de joderle la vida a Dk te lo contaré. Bien...- hizo una pequeña pausa
dramática, la muy zorra sabía actuar- Sintiéndolo mucho, tu querido novio te
está engañando con la princesita de la puerta. Todos miramos hacia la puerta y
vimos a Ryan.
- ¿¡Qué ¡? Eso es mentira, y lo sabes Wendy-
Cherry me miró, como cuando tus padres te miran con desaprobación cuando
suspendes un examen o rompes alguna cosa.
- no te creía capaz. De verdad que no lo creía- Cherry salió por la puerta,
pero yo corrí y le cogí la mano-¡Que no me toques! Dk olvídame, olvídame PARA
SIEMPRE.
Vi
como la persona a la que más quería se iba, y mi mundo se vino abajo durante
unos segundos, pero tenía que recomponerme y ser fuerte, escuché el motor del
coche de Cherry al arrancar. Esos segundos pasaron a ser minutos, largos
minutos allí parado en medio del pasillo mientras la vida continuaba. La voz de
Ryan me sacó de golpe del ensoñamiento en el que la ruptura con Cherry me había
sumido.
-¿Eh? ¿Porqué ha parado la
música?- De repente y sin previo aviso los gritos invadieron el piso de abajo,
gritos de terror y dolor. ¿¡Qué cojones pasaba?! Era una fiesta, ¿¡Quien grita
así en una fiesta?! Desde el piso de abajo se escuchaban , platos que se
rompían, cosas cayéndose, gritos de dolor, gritos de gente pidiendo ayuda,
también se escuchaba como cosas desgarrándose. Y en medio de aquella locura
estábamos nosotros en el piso de arriba, tranquilidad total.... Hasta que un
tipo, Isaac subió corriendo, se quedó parado mirándonos, miro hacia abajo de
las escaleras y siguió corriendo hacia nosotros.
-
Corred, corred, joder, cooorred!!!!- Isaac grito y parecía que se rompía por
dentro del miedo. Pero en ese momento no pensamos en si hacerle caso o no, solo
corrimos y nos metimos en la habitación. Dentro se encontraban los demás,
Wendy, Marcus y Rosse.
-
Joder macho, ¿¡Qué cojones te ha pasado?!- gritó Marcus retrocediendo un par de
pasos. Ryan y yo miramos al chico que nos había dicho que cerrásemos. Estaba
lleno de sangre, en la cara tenía solamente unas salpicaduras, pero la ropa
estaba bañada en sangre, la camiseta se le pegaba a los michelines y a los
pechos flácidos y caídos de gordo que tenía, los vaqueros estaban también
manchados de sangre, menos que la camiseta pero aun así era notable la cantidad
de sangre.
-Ey
ey ey, macho, Cuéntanos ahora mismo que ha pasado- lo menos que nos debía era
una explicación, a parte de un viaje a la tintorería, la moqueta estaba
completamente enrojecida alrededor del chico.
-
Allí abajo es.... es... No, no, no sé qué coño ha pasado, yo estaba en el baño
de abajo y de repente, me han atacado y he caído al suelo, que estaba lleno de
sangre y...
-
Oh macho, ¿Cómo voy a limpiar todo esto? mis padres me van a matar.
Alguien desde la otra puerta comenzó a dar porrazos, tenía mucha fuerza.
-
No, ¡¡¡No abráis son ellos!!! Son ellos, son ellos... Son ellos... - Marcus y
yo nos pusimos de espaldas contra la puerta para que no pudieran entrar fuera
quien fuese, yo solo intentaba entender todo aquello. De repente alguien
atravesó la puerta de un puñetazo y he de admitir que todos gritamos. Después
otro brazo, y otro, todos ellos ensangrentados y.... ¿Con mordeduras? No, era
imposible.
-¡Por
aquí! Vamos, al baño corred vamos- gritó Isaac. Cogí mi cámara de fotos (que siempre que podía la llevaba conmigo) y entramos en el baño y
cuando cerramos la puerta del baño y la atrancamos oímos como caía la puerta de
mi habitación. ¿¡Qué cojones había ahí fuera?! Se escuchaba como respiraciones
forzadas, como cuando un paciente de un hospital va a morir y le cuesta
respirar.
-
Vamos por aquí, no podemos quedarnos en la casa.
-
¿Qué? A no no, no pienso meterme por ahí- Isaac nos dijo que teníamos que salir
por una ventana del baño que daba a un tejadillo.
-¿¡Quieres
morir?!- grito Isaac
-
No, es evidente.
-
pues entonces mueve tu culo, mete tripa y entra por esta maldita ventana- dijo
Wendy cuando ya estaba casi fuera del baño.
-
vale, salid, yo seré la ultima- Rosse estaba comenzando a sonrojarse y a
agobiarse, la comenzó a sudar el labio de arriba y la papada también.
-No,
yo te ayudaré desde aquí dentro- se ofreció Isaac.
Cuando ya habíamos salido todos sin problemas tocó el turno a Rosse, que
evidentemente se quedó atascada y comenzó a gritar porque pensó que se quedaría
allí atascada para toda la vida, pero ni Marcus ni yo, ni tampoco Isaac paramos
de empujar. Un estruendoso golpe sonó y a continuación un “oh, mierda” de
Isaac.
Gracias
a Dios, o Alá, buda, gracias a quien fuese pudimos sacar de allí a Rosse, pero
desgraciadamente vimos como esas "cosas" devoraban al chico. Primero
fueron mordiendo los brazos, las piernas y el cuello, después vino una chica
ensangrentada disfrazada de animadora, y abrió la tripa de Isaac como si fuera
mantequilla. Las tripas del chico se esparcían por todo el suelo del baño. El
seguía intentando decirnos algo pero lo único que salía de su garganta era
sangre y más sangre, borbotones de sangre que le hacían ahogarse. Los cinco nos
quedamos mirando aquella horrible escena.
Hubiera
deseado derrumbarme allí mismo, caerme de rodillas, comenzar a llorar y no
parar jamás, pero es gracioso lo mucho que nos infravaloramos, pensamos que
nuestra vida terminará si nuestra pareja nos deja, que el ver una muerte nos
marcará de por vida, y allí estábamos, cinco adolescentes, serios, tristes pero
sin una lágrima en los ojos. Y es en esos momentos cuando realmente nos damos
cuenta de lo fuerte que es el ser humano, de que el instinto de sobrevivir es
más fuerte de lo que todo el mundo se piensa.
El caso es que salimos corriendo sobre el tejadillo de la casa, y después
saltamos hacia el jardín. Cuando todos habían entrado en el coche comencé a
conducir a todo gas por la carretera de la urbanización. Mientras que íbamos avanzando
nos encontrábamos con un panorama más y más desolador. Terribles accidentes de
coche, camiones ardiendo, gente corriendo, gente gritando y disparando a otras
personas. Parecía que todo el mundo se había vuelto loco. Sin previo aviso un grupo de personas
sangrando corrían tras nuestro coche, y cada vez había más y más no paraban de
unirse nuevas personas. Algunas tenían un aspecto horrible y dudé mucho en que
siguieran vivos, aunque estuvieran corriendo tras nosotros.
Para cuando entramos en el barrio
de los suburbios de Cherry los habíamos dado esquinazo y el sol comenzaba a
salir. Allí, en esa parte de la ciudad, parecía como si nadie hubiera vivido
jamás en ese lugar. Las calles estaban completamente vacías, no había ningún desperfecto,
y fuera del coche no se escuchaba un solo ruido, ni pájaros cantar, ni tampoco
perros ladrar.
Entramos en casa de Cherry y
vimos que toda la casa estaba manchada de sangre, en el salón encontramos el
cuerpo del hermano de Cherry, Alex. Le faltaba la mitad de la cabeza, ahora
solo parecía un ser inerte, todo el brillo de sus ojazos azules había
desaparecido y en lugar de la felicidad que antes brotaban de ellos, ahora sólo
había vació. No lloré por él ni por su
padre que se encontraba en la cama de la habitación de matrimonio con un balazo
entre ceja y ceja, no paré ni un segundo, tenía que encontrar a Cherry.
Seguimos un rastro de sangre hasta su habitación, abrí lentamente la puerta y
allí no había aparentemente nadie, el disfraz de Cherry se encontraba sobre la
cama, pero aun así no había ni rastro de ella. Entre en el baño de la habitación,
el susto casi me deja en el sitio. La madre de Cherry estaba arrodillada en el
suelo del baño junto a un montón de… ¿Huesos y carne? Parecía que antes esos
huesos y esa carne habían sido parte de un todo pero ahora solo parecían piezas
sueltas de un puzle inexistente. Su madre se giró, tenía todo manchado de
sangre alrededor de la boca, vino corriendo hacia nosotros, todos dimos un
grito asustados y cerré la puerta en sus narices, se escuchó el golpe de la
colisión contra la puerta. O Dios mío,
era Cherry seguro que era Cherry. Alguien dijo que era hora de irse, pero no lo
escuche bien, me había sumido en una pena tan profunda y tan oscura que la
realidad estuvo a punto de desaparecer. Caí de rodillas llorando
desconsoladamente, lloré por Alex, lloré por su madre y por su padre, y también
lloré por Isaac (bueno, por Isaac no) pero por quien más lloré y casi muero de
pena fue por Cherry. Todas las promesas de estar siempre juntos, todas las
palabras bonitas y los momentos de felicidad quedaron vacios en un par de minutos.
Ella ya no estaba, se había ido para siempre. Y de repente, una voz suave y
dulce me salvo de aquel pozo, alguien me susurró al odio.
-Vamos,
tenemos que irnos, D- Ryan me agarró por los hombros y me levantó del suelo, y también,
sin él saberlo, me sacó del pozo del sufrimiento. Salimos fuera de la habitación,
pero antes eché un último vistazo. Bajamos las escaleras y entramos en el
coche.
Lo
cierto es que no recuerdo más. Me quede dormido, ellos me han dicho que no pare
de decir cosas sobre un abrigo, un abrigo azul. Entonces saltó esa chispa de
duda en mí. El abrigo de Cherry no estaba donde siempre lo dejaba colgado.
Ahora
estamos escondido en un almacén entre el barrio de Cherry y el centro de la
ciudad, aquí parece que estamos a salvo. Pero seguro que no por mucho tiempo.
Aún no sabemos que son esas cosas, los canales de televisión no funcionan y los
teléfonos tampoco, por la radio han dicho que nos mantengamos encerrados en
nuestras casas o en un lugar seguro y esperemos a que se pase todo esto, lo
último que supimos de internet es que el mundo estaba bajó un ataque
terrorista. Lo cierto es que no me lo creó mucho, pero bueno, es internet, ¿qué
si no es más fiable que internet en estos casos?