Bueno, el caso es que no, internet no es nada fiable, un
ataque terrorista... Yo creo que no. ¿Gente muere por heridas y al cabo de unos
minutos este moviéndose y son ganas de comerse a todo lo que se mueve? ¿Ataque
terrorista? ¿Por todo el globo? Repito, yo creo que no. Lo último, ultimísimo
que escuchamos fue por un aviso de emergencia que decía que los muertos habían
tomado la ciudad. Nosotros decidimos ir a la casa de Cherry (era lo que más
cerca teníamos) para ir a buscar comida y armas. El padre de Cherry era
comandante de los Delta. Un grupo de combate en tierra. En una ocasión Cherry
me había dicho que había un armario al lado de las escaleras que subían al
segundo piso que estaba completamente lleno de armas y munición. Así que Ryan, Rosse y yo nos fuimos hacia casa de Cherry, mientras que Marcus y Wendy se
quedarían en el almacén para protegerlo de esas cosas. Habían tablones de
madera y taladradoras, martillos, tornillos, clavos, estábamos provistos de
materiales para hacer un buen reforzamiento de las pocas ventanas que había en
aquella gran sala. Así pues los dejamos trabajando y nos fuimos a inspeccionar
la casa.
Cuando llegamos todo seguía exactamente igual, fuimos a por latas de comida
pero ya era tarde, alguien había sido más rápido que nosotros y había cogido
todas las latas de comida. Me dirigí hacía el armario. ¡No podía ser, también
habían robado las armas! Era imposible nadie sabría eso, nadie podía haber
sabido donde guardaban la llave, nadie excepto... ¡Cherry, ella seguía viva!
Solo había dejado una 9 mm con sus cargadores correspondientes, también había
dejado, unas bolsas de patatas fritas y unos cruasanes de fábrica y una botella
de agua. Y una nota que decía.
-Suerte-
¿¡Suerte, oh venga, estas de coña?! ¿Suerte? ¿Suerte? ¿A quien cojones se le
ocurre poner suerte en un puto apocalipsis zombie? Pero bueno, al fin y al cabo
quería decir que estaba viva, Cherry estaba viva. La encontraría costase lo que
costase. La buscaría hasta el fin de mis días, hasta mi último aliento. No
pararía hasta encontrarla. Entramos con cuidado por la puerta trasera del
almacén. Wendy y Marcus estaban hablando, seguramente echando pestes de todo el
mundo, pero cuando nos vieron se callaron enseguida.
-¿Qué ha
pasado con la comida? ¿Y las armas?- dijo Wendy mirándonos de arriba a abajo.
-Esta
viva.
-¿Qué?-
se acercó a Rosse y dijo en bajo- ¿Se ha
vuelto definitivamente loco?- Rosse negó con la cabeza. Y su amiga puso cara de
extraño.
-Cherry,
Cherry sigue viva. Sigue viva y nos ha dejado una nota.
-Wow, Cherry
sigue viva, que bien
-Eh,
Wendy no te pases. Alégrate.
-Si, si
me cabreo. Decís que vais a por armas y comida, y venís con ¿qué? ¿Con que tenemos
que ir a por una boca más que alimentar? Venga tío, no sé como cojones quieres
que me lo tome.
-Haz lo
que quieras, yo voy a por ella- Comimos las patatas, terminamos de reforzar
puertas y ventanas y nos dirigimos todos en busca de Cherry.
A los pocos kilómetros nos quedamos sin combustible y los muertos nos rodearon,
corrimos hacia una calle sin salida, una verja nos impedía seguir nuestro
camino. Los ojos de todos aquellos muertos que venían hacia nosotros estaban
inyectados odio e ira. Caminaba lentos y torpes algunos, otros un poco más ágiles. Miré hacia ambos lados, nadie sabía qué hacer, estábamos aterrados. Pero
no, hoy no íbamos a morir. Cogí una taca de metal de un cubo de basura y
comencé a aplastar cabezas. Acabé con dos y la tapa ya estaba machacada.
Piensa, Piensa, me decía a mí mismo, piensa, piensa, tiene que haber alguna
solución. Cada vez estaban más cerca. Marcus y Ryan empezaron a empujar la
verja, pero nada, las cadenas que la cerraban era muy fuerte. Estaban a tan
solo un paso. La luz del día desapareció rápidamente, hasta el Sol nos había abandonado,
ya solo podíamos rezar.
Sin previo aviso, BUM! Uno de esos caminantes calló a nuestro lado, y después
otro, y otro. Todos alzamos la vista hacia el frente, pero allí no había nadie.