Día 14



                 Hemos estado huyendo durante 5, sin parar, corriendo y alejándonos de la ciudad. Estaba infestada de zombies, cada hora, cada minuto parecían duplicarse. Esto últimos días han sido horribles, la verdad es que pensé que todo terminaría para nosotros en el momento en el que nos encontrábamos atrapados en un callejón sin salida.


                El noveno día al caer la tarde, nos encontrábamos en un callejón, rodeados de putos zombis, no teníamos nada con lo que atacar, o más bien no se me ocurrió que en mis pantalones tenía la pistola que Cherry nos dejó en aquel armario (fallo mío). Cuando todo parecía llegar al final para nosotros un tirador desconocido empezó a revenar cabezas a diestro y siniestro, pero no había nadie que pudiera disparar. Cuando nos dimos cuenta de que quien disparaba estaba haciéndolo desde un depósito de agua en la azotea de un edificio de dos plantas, dos de sus compañeros habían bajado hasta el callejón e intentaban abrir con una cizalla el candado de las verjas que nos impedían el paso.
            
                 Los disparos fueron para los zombis como señales luminosas que indicaban la posición de carne fresca, así que todos los habitantes de la ciudad se habían congregado en aquellas cuatro calles colindantes al callejón esperando su turno para darse un atracón.
                Tuvimos que irnos de la ciudad, ya no era segura. Lo peor de todo es que Cherry aún sigue allí.