Estuvimos andando sin parar hasta
que el sol estaba sobre nuestras cabezas. Habíamos continuado recto siguiendo
la carretera, pero al descansar nos desviamos hacia el interior de la zona
arbolada, para refugiarnos del calor y descansar en algún árbol bajo su gran
sombra. Saqué las cosas de la mochila para volver a hacerme una idea de lo que
teníamos. Bebimos un poco de agua, y racionalizamos la comida. Decidimos comer
solo a mediodía y la cena, prescindiríamos (evidentemente) del desayuno, ya que
la única comida que teníamos estaba enlatada, y no quisimos arriesgarnos a
dejarlo abierto y que se vertiera o se pusiera malo. Después de beber, me tumbe e intenté dormir un
poco, pero me fue imposible conciliar el sueño, ya fuese por la cantidad de luz
que había o porque mi cabeza no podía parar de dar vueltas a todo este asunto. Me
quedé mirando a ningún sitio en concreto, con la vista perdida en no sé dónde.
Pasados unos minutos escuche la voz de Ryan hablándome. Gire la cabeza para
mirarle, y vi que sus labios seguían moviéndose, pero solo podía fijarme en sus
ojos. Putos ojos azules.
-¿A que sí?- concluyó Ryan.
-Mmm… Sí, claro que sí- contesté
dubitativo.
-No me estabas haciendo caso,
¿Verdad?
-No, no, si te lo estaba
haciendo, solo que me he ido de la conversación. Ya sabes, estaba pensando.
- ¿En qué?
-Pues… en cosas.
-¿En cosas?
-Si, en cosas – (Está parte de
la conversación me resulta ahora igual de estúpida que en el momento)- ¿Por qué
tienes tantas ganas de saberlo? Solamente eran estupideces- Ryan se rió.
- Si fueran estupideces, me las
dirías y punto, ¿No crees?- dijo con esa sonrisilla de sabelotodo, en plan te
estoy ganando, y me voy a salir con la mía, gilipollas. (Pero para gilipollas
está él. A mí nadie me deja por debajo).
-Pero puede que para ti sean
estupideces y para mí no lo sean- Bajo la mirada y volvió a mirarme.
- Si no me lo dices jamás
podremos averiguar si son estupideces- Y en ese momento, señoras y señores, es
cuando pillé por donde iba. Se pensaba que estaba pensando en él. Y en cierto modo
puede que tuviera un poco de razón, pero como ya he dicho nadie me deja por
debajo.
- Estaba pensando en…
- ¿En…? – cada vez sonreía más y
más. Iba a ser muy cruel, pero se lo merecía, por egocéntrico.
-Pues eso, que estaba pensando
en Cherry. Le echo de menos- La cara de Ryan se transformó. La sonrisa
desapareció y bajó la mirada.
- Ah, claro, Cherry- dijo con la
voz decaída. Se levantó y se limpio el pantalón de tierra- Me voy a dar una
vuelta.
- Vale, pero no te alejes. Llévate
esto- Le di la pistola y yo me quedé con la señal de tráfico- Si encuentras
algo mejor que la señal, sería de agradecer- Dije con una sonrisa a modo de
disculpa.
-Seguro- cogió el arma y se fue.
Me
sentía bastante culpable. Yo creo que ya debería estar acostumbrado, ya que
normalmente era así de cabronazo con la gente, iba a donde les dolía. Pero aún
así, me seguían dando pena y me acaba arrepintiendo, pero normalmente era
demasiado tarde, el daño estaba hecho, igual que con Ryan. Él sabía que me
seguía gustando Cherry y que seguía enamorado de ella, pero también sabía que
sentía algo por él, y jugaba con eso. Cuando estaba con Ryan, Cherry quedaba
relegada de ese primer plano, pero aún así ella seguía siendo la primera.
Bueno, dejémonos de rayadas. Ahora mi principal objetivo es encontrar a Cherry
y refugiarnos en un lugar seguro. El problema es que ambas partes van a ser sumamente
complicadas. Seguí pensando y me sumergí de lleno en mis pensamientos y en un
profundo sueño.
Cuando
desperté comenzaba a ser de noche. Enseguida caí en la cuenta de que Ryan no había
vuelto. La idea de volver a quedarme solo y a la vez pensar que podía estar “convertido”
hizo que de inmediato me pusiera a buscarle como un loco por la oscuridad del
bosque. Estaba asustado, necesitaba encontrarle. No podía permitir que la otra
persona a la que (quería) tenía un cierto cariño desapareciera también.
Me fui adentrando en el bosque. Y seguía sin haber rastro de Ryan.
De
pronto entre la espesura de los árboles me llegó un ruido inconfundible: El
lamento de los muertos. Corrí tan rápido
como pude hacía el sonido, pensando que
Ryan estaba en peligro. Seguí corriendo y llegué a una explanada. Me paré en
seco. Ante mí había toda una legión de zombies rodeando una casa de madera de
dos pisos. Los zombies más cercanos a mí se giraron y abrieron sus fauces. Salí
huyendo de allí. Sabía que Ryan estaba encerrado en ese sitio. Pero ahora mismo
estaba siendo seguido por cinco de esos gules. Tenía que pensar en una forma de
librarme de ellos, y rápido.